Cuando no hay competencia……..
La factura eléctrica vuelve a calentar los ánimos del público. Pese a las medidas legislativas impulsadas por el gobierno, basadas en la discriminación horaria, que supuestamente tendrían como efecto la bajada de la factura en los hogares, lo cierto es que el kilovatio no deja de subir. Para aliviar tensiones y sobre todo, para evitar la pérdida de votos y suavizar el escozor de ser uno de los países con el recibo eléctrico más caro de Europa, el gobierno se decide a tocar el sacrosanto IVA de la luz, reduciendo el tipo impositivo del IVA al 10 % hasta final de año 2021 y suprime el impuesto a la generación –que pagan las compañías generadoras de electricidad-. Cuando mariquita quiere…
Pese a todas las medidas, el mercado eléctrico sigue imparable en su ascenso. Día tras día se bate record en el precio del megavatio ante la resignación de los consumidores y la mirada atónita del gobierno, que ve como sus parches de última hora no consiguen controlar los precios.
¿Por qué pasa esto? Cuando intentamos saber lo que está pasando siempre encontramos afirmaciones sobre la complejidad del mercado eléctrico que intentan desanimar al más testarudo investigador. Quizá interese que sea complicado para ahuyentar a cualquiera que desee saber cómo funciona. No es posible que sea muy difícil si tenemos en cuenta que buena parte de los políticos que se retiran terminan en los consejos de administración de las grandes eléctricas.
Quizá sea todo más sencillo. Un mercado controlado en su mayor parte por un grupo muy reducido de grandes empresas con la complicidad de una clase política que piensa más en su retiro que en los ciudadanos. Un sistema de precios que se basa en una falsa subasta en la que todos cobran el megavatio al precio más alto, tal cual. Y, por último, empresas generadoras que son las propietarias tanto de las instalaciones que generan los kilovatios más baratos y los más caros.
Las eléctricas no tienen corazón y les importa poco si hay hogares que no pueden calentarse. Pero ¿de quién son las eléctricas? Tampoco se sabe con certeza, quizá sean también de cualquiera de nosotros, que con unos modestos ahorros, depositados en un banco cualquiera, formemos parte indirectamente del accionariado de las mismas, y nosotros sin saberlo.
Si queremos que esto cambie no queda más remedio que afrontar reformas estructurales. Cambiar el sistema de subasta estaría bien para empezar. Favorecer la competencia y reducir los impuestos sobre los consumos normales de un hogar. La cuestión es ¿quieren hacer ese cambio aquellos que pueden hacerlo?
LA SUBASTA ELECTRICA PARA ANDAR POR CASA
Sin entrar en detalles, imaginemos que Red Eléctrica de España (REE), que es la empresa que gestiona el transporte, la oferta y la demanda del consumo eléctrico, hace una previsión de la electricidad que se va a gastar en un día determinado y por franjas horarias, y pide a las empresas que la producen que le ofrezcan sus megavatios y el precio al que lo venden, hasta que las ofertas completen el total de la energía que se demanda.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que la electricidad es serrín. REE dice que tal día la demanda va a ser de 1000 Kg. de serrín y las empresas ofrecen sus productos madereros para convertirlos en serrín. Evidentemente los precios de oferta más baratos serán de aquellas empresas que reciclan madera o los que producen astilla, pero supongamos que con estos proveedores hemos cubierto 990 Kg. de los 1.000 que nos hacen falta, por lo que los 10 último kilos los oferta una carpintería, muy reputada, que tiene tablones de caoba excelente que, evidentemente, tiene un valor muchísimo más alto que las astillas o la madera reciclada. Pues bien, el precio al que se ofrezcan esos últimos 10 Kg. es el que se pagará a todos los proveedores que han contribuido a juntar la tonelada de serrín. La consecuencia es que mientras los últimos 10 kilos están pagados a un precio más o menos razonable, teniendo en cuenta que la empresa tiene que ganar, el resto se está pagando muy por encima de su valor real. Vamos, ¡un chollo!
Cuenca, 6 de julio de 2021
Agrupación Naturalista Esparvel Cuenca