Esparvel participa activamente en los procedimientos de impacto ambiental que se tramitan en la provincia de Cuenca. El objetivo que nos marcamos es colaborar con nuestras sugerencias para conseguir que los proyectos que quieran desarrollarse sean lo más respetuosos posibles con el medio ambiente.
Estamos convencidos de que, en la mayoría de los procedimientos,
ambos objetivos –conservación y desarrollo- pueden conseguirse al mismo tiempo.
A pesar de ser un término muy usado en los últimos tiempos, puede que todavía exista gente que no conoce lo que representa.
La evaluación ambiental de un proyecto o actividad consiste en enumerar y valorar todos y cada uno de los impactos ambientales que generará dicha actividad; tanto en su fase de implantación como en la de funcionamiento y hasta en su clausura y eliminación final. Se trata, en definitiva, de conocer cuál será el coste ambiental del proyecto.
Los proyectos se someten al conocimiento de las entidades públicas que puedan verse afectadas de alguna forma y también a determinados agentes sociales, como las asociaciones ecologistas. De tal forma que estos agentes pueden aportar sugerencias al contenido del proyecto en las fases previas, que pueden ser o no asumidas por el promotor.
Sobre una teórica balanza se ponen los aspectos positivos y los negativos, y es la autoridad ambiental la que debe decidir si es o no razonable el coste ambiental. Decisión que se materializa en una declaración de impacto ambiental en la que se concretan los aspectos del proyecto relacionados con su afección a la naturaleza. Declaración que es pública y susceptible de ser recurrida.
Existen determinados proyectos que pueden o no ser sometidos al trámite de evaluación ambiental. En estos casos se efectúan unas consultas previas a las distintas Administraciones y agentes sociales interesados, para conocer su opinión sobre la conveniencia de iniciar el trámite ordinario de evaluación. Finalmente, la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, tras valorar la opinión de los consultados y su propio criterio, decide si es necesario someter el proyecto a evaluación de impacto.
Todo el procedimiento esta regulado en la Ley 4 /2007, de 8 de marzo, de Evaluación Ambiental en Castilla-La Mancha.
La Consejería de Medio Ambiente remite a Esparvel la memoria de todos los proyectos, de la provincia de Cuenca, que deben someterse a evaluación ambiental y de aquellos en los que se consulta la conveniencia de someterlos o no a este procedimiento.
Esparvel estudia el contenido de las memorias y, si lo considera oportuno, formula las propuestas que cree que mejorarán los aspectos ambientales del proyecto.
Esas sugerencias, al igual que las que sean formuladas por otros agentes, se presentan ante la Consejería para que las remita al promotor. Las propuestas pueden ser desoídas por el promotor o bien recogerlas íntegramente o adaptarlas parcialmente a la memoria ambiental del proyecto.
En determinados casos, cuando Esparvel considera que la declaración de impacto ambiental de una actividad concreta, no garantiza un nivel de respeto razonable para el medio ambiente, se procede a efectuar alegaciones una vez hecha pública dicha declaración.
La tendencia tolerante de Esparvel se traduce en una actividad de colaboración constructiva ante los proyectos, intentando mejorar las condiciones ambientales de los mismos y conseguir ese frágil equilibrio entre desarrollo económico y conservación. De tal forma que han sido muy pocos los proyectos a los que nos hemos opuesto por parecernos inviables. Por el contrario, son muchísimos los procedimientos en los que participamos aportando sugerencias que, afortunadamente, son tenidas en cuenta en muchos casos y de hecho son incorporadas a las declaraciones de impacto ambiental.
Creemos que el desarrollo económico y social no puede separarse de la conservación. Por suerte, hoy existen los medios técnicos y económicos para hacer compatible ambos extremos y desde Esparvel Cuenca trabajamos para conseguir un equilibrio razonable entre ambos.