La proliferación de instalaciones fotovoltaicas es, por sí misma, una buena noticia para la conservación del planeta, ya que generan una energía limpia que proviene del sol. Pero los beneficios de una central de este tipo no tienen porque limitarse a la generación eléctrica. En Esparvel creemos que esas enormes superficies destinadas a parques solares están infrautilizadas si solo se dedican a contener los paneles. En todo ese terreno fértil que hay bajo los paneles, junto a las vallas o en zonas marginales puede favorecerse la presencia de una flora autóctona apetecible para las abejas; hierbas o matas de escaso tamaño para no interferir en la producción eléctrica.

En un momento en el que las abejas, al igual que otros insectos, están mermadas por la intensificación de la agricultura y el uso masivo de agroquímicos, las instalaciones fotovoltaicas serían un verdadero oasis donde encontrar polen libre de química y mejorar las condiciones de los enjambres.

En nuestra opinión esta sería la medida compensatoria más eficaz y beneficiosa para el medio ambiente que la industria eléctrica puede ofrecer a la sociedad cada vez que ejecuta una instalación de este tipo. Por ello, hemos elevado a la autoridad ambiental y agrícola competente en Castilla-La Mancha esta propuesta, para que la asuman como propia y la incorporen a las declaraciones de impacto ambiental que se emitan al respecto.

De momento la Administración no se ha pronunciado, ni siquiera se han dignado a contestar a nuestra sugerencia con un “lo estudiaremos”, nosotros seguimos esperando.

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